La Juventud Baila

El 75 aniversario de la sala Apolo inspira esta sardónica docuficción que, con el pretexto de explicar una historia que va de parque de atracciones a sala de fiesta con orquesta y a templo electrónico y tantas cosas más, ironiza sobre la generación que ronda la cuarentena y no sabe muy bien cómo hacerse mayor.

Que nadie espere un relato cronológico con bustos parlantes. Esto es un gamberro e hilarante homenaje a lo que ha representado la sala Apolo para la noche barcelonesa que aprovecha la ocasión para reflexionar con mucho humor sobre el momento en que una persona se siente ya demasiado vieja para ir a discotecas o, por el contrario, sigue comportándose como un adolescente. Cuenta, eso sí, el pasado de la Apolo como parque de atracciones en los años 30, como sala de fiestas con orquesta para el desmelene a ritmo de mambo de la burguesía desde 1946, la instalación del Nitsa Club ya mediados los 90 o… los conciertos de indie en las que se fraguaron incontables parejas, como la que protagoniza esta sátira. Con la complicidad de gente como el guionista y realizador Carlo Padial, periodistas como Óscar Broc, Javier Blánquez y Pere Vall, DJ Coco, el dúo humorístico Venga Monjas o el director del Primavera Sound, Alberto Guijarro, la película se ríe (con cariño) de todo y de todos: desde la luz roja con aires a club de alterne hasta los mods trasnochados o aquellos chupetes con que bailaban muchas indies en los 90; de las miserias del sector audiovisual a la pedantería que se le atribuye al mundillo cultural barcelonés y el confuso y risible debate actual sobre el trap. Lo que queda claro, en todo caso, es que todo el mundo tiene su propia historia que contar sobre el Apolo, innegable icono juerguista y musical de la ciudad.