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En la calle San José de Centro Habana se ha abierto paso, encajado entre edificios ruinosos, el Gimnasio de boxeo. Gratuito, da la bienvenida a niños y jóvenes, sin ningún tipo de discriminación por sexo, orientación sexual o capacidad.
Cada día, los pequeños boxeadores entrenan y aprenden las reglas de un deporte que no es violencia, sino disciplina, sacrificio, amistad y lucha social.
Al igual que la historia de Cuba, la historia del Gimnasio de boxeo de Centro Habana es una historia de resistencia. Una historia que anima a creer que la unión hace la fuerza. Si bien el boxeo es un deporte individual en el que cada luchador, más que a su oponente, se enfrenta a sus propios miedos, esta es una historia de superación de obstáculos colectivos.
Gracias a los valores de esfuerzo, disciplina y sacrificio, vemos cómo los y las boxeadoras crecen. Pero no sólo en el ring, sino también fuera. Y es que la comunidad entera se beneficia de esta iniciativa. El boxeo, uno de los deportes más cinematográficos, es la excusa para que niños, niñas y jóvenes tengan ilusión con su vida y su porvenir.
Si bien el deporte como dinamizador social está presente internacionalmente, la siempre singular realidad de Cuba nos ofrece un escenario único para hablar de superación, e inevitablemente también de fracaso, pudiendo trazar así una metáfora entre el gimnasio y el país.
En definitiva, queremos producir un documental que ilusione. Un documental realista que inspire a personas de todo el mundo a creer en el deporte y en la comunidad para acercarse a una vida más justa.